martes, 28 de octubre de 2014

Las sirenas



Sirenas…….

En nuestro imaginario actual, las sirenas encarnan la belleza; pero no siempre fue así. Para los griegos eran seres poco agraciados, mitad mujer mitad pájaro, que vivían en la costa y cuyo único encanto residía en una voz melodiosa con la que atraían a los marinos para devorarlos. Su metamorfosis en mujeres con cola de pez se produjo en la edad media, por la influencia de la mitología nórdica.
Estos monstros femeninos situados en los límites del mundo simbolizan la advertencia de los peligros que acechan a quienes pretendan traspasar la frontera.

Leyenda:
El antecedente de las sirenas está en unos seres con cuerpo de pájaro y torso o rostro de mujer (las arpías), así como una voz musical, atractiva e hipnótica. Es después cuando aparece la sirena que todos conocemos y que, al menos en lo que respecta a escritos aún conservados, aparece por vez primera en un famoso libro de Homero: La Odisea.
La historia de su origen (en la ficción mítica) es la siguiente: Océano se casa con su hermana Tethys y tiene varios hijos, tales como Nereo, Doris, Aqueleo o las Oceánidas, quienes eran tres mil y poblaron los mares.
DespuésNereo y su bella hermana Doris, conocida como “la de hermosos cabellos”. De esa unión nacieron las cincuenta Nereidas, cada una con una misión especial y, muchas de ellas, futuras madres de héroes como Aquiles o Eaco.
Ahora, a las Nereidas también se les conocía como “ninfas del Mediterráneo” y “Ninfas del Mar Negro”, y se las representaba como mujeres hermosas, desnudas o semidesnudas.  Como se ve, las Nereidas estaban estrechamente vinculadas al mar, lo cual permitió que, a través sobre todo de los poetas, se fuera creando la imagen de la ninfa que, en vez de piernas de mujer, tenía cola de pescado. Y claro: eso equivalía al surgimiento de la sirena, tal y como la conocemos.

Irlanda

En Irlanda se habla de los merrows, una especie cuya hembra es el equivalente a la sirena, excepto porque tiene membranas en las manos, son siempre hostiles a los humanos y tienen prendas mágicas que le permiten atravesar cualquier zona del mar, sin importar qué tan indómitas sean las corrientes marinas.
Según se dice en el folclore (inspirado en la mitología), un hombre puede quitarle la prenda mágica a una merrow, consiguiendo así que ésta se case con él y le dé parte de su riqueza (se cree que las merrows consiguen tesoros de los naufragios); aunque, si la merrow  llega a encontrar la prenda (el hombre debe escondérsela para tener poder sobre ella), sentirá el llamado del mar y abandonará a su esposo y a sus hijos (que nacen como humanos normales) si los tiene…

Escocia

En la mitología escocesa existe Ceasg, la “doncella de las olas”, una sirena especial cuya mitad inferior es de salmón. Según se dice, si la capturan ésta puede conceder tres deseos a cambio de su liberación; aunque, si un hombre se enamora de ella, ella lo arrastra a las profundidades del mar…
Semejante al merrow, en el folclore escocés se habla de los selkies, una especie de hada marina que adopta forma de foca en el agua y, en tierra, se deshace de su piel de foca y toma forma de mujer. Nuevamente, aquí el hombre puede casarse con una selkie si encuentra la piel de foca y la esconde, siendo abandonado si la selkie encuentra la piel. Y, en caso de que tengan descendencia, los hijos tendrán membranas entre los dedos de los pies y/o de las manos.

SU RELACIÓN CON LOS ANIMALES
Manatíes, morsas, focas, etc…
Uno de los avistamientos más famosos fue el del mismísimo Cristóbal Colón, quien afirmó en 1493 que había visto a una sirena frente a las costas de la Florida. Sobre eso, el historiador José Durand escribió lo siguiente: ‹‹Cuando el Almirante iba a Río del Oro, dijo que vio tres sirenas que salieron bien alto de la mar, pero no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna manera tenían forma de hombre en la cara. Dijo que otras veces vio algunas en Guinea, en la costa Manegueta››. Se ha mencionado el caso de Colón porque es ideal para ilustrar la teoría de que los supuestos avistamientos de sirenas han sido usualmente avistamientos de manatíes, morsas y otros animales que, por su morfología, pueden ser confundidos con las míticas criaturas. Centrándonos en lo que vio Colón, la hipótesis de los manatíes resulta muy razonable porque Colón deja claro que el rostro de las criaturas era masculino y carente de belleza, tal y como tienen la cara los manatíes, criaturas éstas que habitan y habitaban por donde Colón tuvo los avistamientos.

Al igual que los manatís, los dugongos (la propia palabra dugongo deriva del malayo duyong, que significa sirena), de la misma familia de los sirenios y similar en aspecto al manatí, aunque éste no habita en América sino en las costas orientales de África y en las costas y principales islas del Océano Índico. Su caso cobra una importancia particular, ya que las madres de la especie amamantan a sus crías fuera del agua, sujetándolas con las aletas (a modo de una madre humana sujetando a su bebé en brazos) mientras éstas chupan en un área cuya localización es análoga a la de los senos de las mujeres humanas (cerca de las citadas aletas). De este modo, en muchas ocasiones los marineros debieron ver la escena desde lejos, no pudiendo distinguir bien más que las siluetas, dejando así el resto a una imaginación imbuida de mitos y supersticiones de mujeres con cola de pez.


    




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